El consumidor actual es inconformista, no entiende de barreras entre el mundo físico y el digital a la hora de comprar y para finalizar una compra a través de Internet utiliza de media hasta 2,6 dispositivos y 1,5 canales, según ha destacado Melchor de Palau i Rovira, director de desarrollo de negocio de comercio online en Commercia Global Payments.
Palau, que ha participado en la jornada “Clientes, tecnología y retail: ideas clave en un entorno cambiante”, organizada por Escodi y Caixabank, ha afirmado que el comercio electrónico en España tiene un crecimiento interanual de un 26% y ha descrito la conducta de diferentes perfiles de consumidores en el canal del comercio electrónico.
Así, por edades, el experto ha destacado que el ticket medio de las compras va de los 51 euros de los compradores de 25 a 30 años a los 64 euros de los compradores mayores de 64 años, aunque estos son los que menos compran por Internet.
Por franjas de edad, los jóvenes de entre 16 y 24 años concentran el 15% del total de las compras online, con un ticket medio de 44 euros. Sus compras preferidas son actividades y producto de bajo importe.
Por su parte, los ciudadanos de entre 25 y 34 años suponen el 29% de las operaciones de e-commerce, con un ticket medio de 51 euros. Este perfil realiza compras, sobre todo, en restaurantes.
Por otro lado, las personas de entre 35 y 44 años realizan el 28% del total de las operaciones, con un ticket medio de 54 euros. Estos ciudadanos son compradores de los sitios online de grandes superficies, donde adquieren, sobre todo, productos de electrónica y de comercio minorista.
Finalmente, las personas mayores de 64 años realizan el 3% de las operaciones, pero tienen el ticket medio más elevado: 64 euros. Son compradores de productos de alimentación en grandes superficies y supermercados, de agencias de viaje y de empresas benéficas.
Por último, Melchor de Palau alertó a los presentes que, “si venden en todo el mundo a través de Internet, es necesario que sean conscientes de que los consumidores tienen unas exigencias y expectativas diferentes según el país de origen. Por lo tanto, hay que adaptar el servicio a diferentes idiomas, monedas, sistemas de pago y argumentos de venta, entre otros aspectos”.