A medida que la innovación y la experiencia del cliente se vuelven imprescindibles para la evolución y adecuación del comercio minorista, al mismo tiempo surge la necesidad de medir y evaluar esas experiencias.
Las llamadas tiendas del futuro son experimentos cada vez más habituales que surgen en laboratorios, donde la última tecnología, desde móviles hasta robots, se alzan como clave del futuro. Pero el desafío es que no son tiendas reales: los compradores ponen en práctica y se involucran con estos conceptos mientras son observados o entrevistados sobre su experiencia. Aunque es una información valiosa, se pierden percepciones críticas debido a la configuración antinatural en la que se realizan.
Esta situación ha llevado a dos compañías norteamericanas a desarrollar estas “tiendas del futuro” en contextos reales. En junio pasado, High Street Collective, con sede en Atlanta, presentó su Living Retail Lab. Tras pasar años buscando una “tienda perfecta” , ahora su objetivo es llevar la tecnología a un hábitat natural y probar varios enfoques estratégicos y creativos para comprender el impacto.
Citizen Supply, una tienda en Ponce City Market de Atlanta, se convirtió en el socio minorista de HighStreet y allí todas las pruebas se hicieron públicas desde el primer momento con actualizaciones y videos.
También McKinsey & Company presentó una idea similar con el anuncio del Modern Retail Collective en Mall of America. Al igual que High Street, es una tienda destinada a evaluar las tecnologías de los compradores en un entorno real. Aquí se emplearon múltiples tecnologías avanzadas que incluyeron zonas interactivas móviles con acceso mediante un solo toque a los detalles del producto para que los clientes crearan cestas virtuales o espejos inteligentes y software de predicción de ajuste para probar virtualmente productos fuera del probador.
De esta forma la tecnología se centra en cuestiones prácticas como ayudar a la toma de decisiones y acelerar las transacciones, a diferencia de algunas tiendas futuristas que simplemente exponen pantallas táctiles, gestos, hologramas…
El desarrollo de estas pruebas permite que estos establecimientos no se vean de forma diferente al resto de tiendas de cualquier centro comercial.
“Tenemos la perspectiva de que este tipo de establecimientos están aquí para quedarse y hay muchas oportunidades para mejorar su desarrollo. Vemos como nuestros clientes se mueven por estos nuevos cambios e intentan entender lo que pueden hacer para mejorar el rendimiento, qué tecnología es válida y que les gustará”, afirma Tiffany Burns, socia de McKinsey.
Desde Altabox Econocom siguiendo esta línea estamos día a día creando experiencias en el punto de venta que medimos a través de diferentes tecnologías como people counter, wifi analytics y fácil recognition para que cada tienda y negocio de nuestros clientes sea rentable.